No te niegues a Existir

Llegó la hora de contar mi propia historia de emprendimiento.

Febrero del 2023 es el año en que celebro y agradezco a la vida mis 20 años de trabajo independiente. En el año 2003 en plena crisis post paro petrolero, cierre de empresas, suspensión laboral y otras situaciones que jamás habíamos vivido los Venezolanos por lo menos en los últimos 30 años yo decido no volver a emplearme.

Gracias a la invitación de un amigo para ayudarle a llevar adelante un Assessment hoy celebro 20 exitosos años de lo que fue un emprendimiento que de manera intuitiva lo diseñé bien  desde el comienzo. Cuando un niño nace lo primero que se hace es “presentarlo”, sacarle su partida de nacimiento. Sino, no existía para el mundo (eso decía mi padre). Pues lo primero que hice fue realizar un Registro Mercantil, Rif, talonarios de facturas y muy importante “una cuenta bancaria”. Quien inicia un emprendimiento y pretende avanzar pidiendo facturas prestadas a un amigo, difícilmente consolida una empresa a largo plazo. Desde mi punto de vista les digo: “No pida facturas prestadas, no regale su energía financiera a otros“.

Lo más difícil para mi fue desprenderme del ingreso  de un quince y último. Esa sensación de inseguridad por no contar con algo de manera periòdica me persiguió por al menos 3 años, la ausencia de utilidades a fin de año me desestabilizaba. Hasta que un día descubrí que el quince y último lo podía convertir en 3, 7, 12, 20, 28, “cualquier día puede ser tu quince o tu último” y que las utilidades llegan con cada factura. Lo segundo que aprendí y no he soltado jamás fue pensar en el cliente. Hasta la oficina la seleccioné pensando en mis clientes. Que pena que una empresa delegue la captación de su talento humano a alguien que sólo tiene una empresa de maletín y que termina realizando las entrevistas en cualquier plaza Bolívar. Ojo no critico a quien lo hace, pero recuerden que hoy narro mi propia historia, mi línea de pensamiento y los valores que me han acompañado.

“Cada vez que presto un servicio para un cliente, yo represento a ese cliente” y así fue cómo logre ser proveedor (exclusivo en algunos casos) de talento humano de grandes corporaciones como Nestlé, Alfonzo Rivas, Del Monte Andina, Alpina, Lincoln Electric, 2M Ingenieria, Comere, Plumrose, Purolomo, Celoven, Grupo Garzon, Grupo Phoenix, MRW a nivel nacional y un sin fin de empresas mas. Y un día me di cuenta que “no sabía nada”, en el año 2016 no encontraba cómo mantener a flote la empresa, me dolía enormemente pagar los impuestos a la alcaldía, rechazaba pagarles cuando un enorme hueco, no permitía el acceso cómodo a mi lugar de trabajo, y no estaba de acuerdo con la política y el dinero para pagar impuestos se me esfumaba.

Hasta que entendí que ser empresario es formar parte de un gran condominio y los impuestos se pagan gobierne quien gobierne, “hoy mi empresa está solvente con el estado”. Y entendí que era necesario un socio adicional a mi gran socio Dios , y que debía sacar mejor las cuentas y que armar un plan financiero es parte de la jugada, pero me daba miedo otra sociedad, no quería perder a un buen amigo o amiga por asociarme y luego no llegar a acuerdos. Y me asocié solo por cumplir con un requisito con alguien que no sabía nada de mi negocio pero tampoco me lo iba a quitar. Y aún así llegó a estar en riesgo, “igual mi empresa formó parte de una sucesión” y aprendí que a las sociedades no se les teme, solo hay que definir bien el perfil del socio y que Dios dispone: “hoy ya no es “MI” empresa”.

Ahora tengo un socio que me ayudó a pensar en lo “internacional” en ofrecer un servicio más allá de captar talento humano, y aprendí que para seguir creciendo hay que incorporar inclusive a quien posee más conocimientos y más experiencia que uno. Hoy celebro 20 años de aquella decisión de no volverme a emplear, acompañada de Ramón Monsalve, mi Socio Director y estoy segura de que vamos a seguir construyendo con gente que piense similar, con valores compartidos y ¿por qué no?, contar con nuevos Partnership que garanticen una expansión alineada a la visión y misión que hemos creado.

Comparto mi historia, desde el infinito agradecimiento y ganas de inspirar a otros a soñar en grande y a salir de la Zona de Confort, que produce el engaño de que con tu empresa propia trabajas menos, tienes menos estrés y si no la registras mejor porque así no pagas impuestos. “Jamás te niegues a existir “

¡Gracias por leerme!.

Magdalena Aponte de Monsalve
Directora de Portafolio Humano Internacional

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